jueves, 8 de mayo de 2008



Año Polar Internacional 2007-08


Las regiones polares: remotas pero cruciales




Glaciares, hielo, Antártida… son palabras que este año debido a la celebración del Año Polar Internacional se están oyendo más, pero que normalmente, nos suenan, como bien resalta el título de este ciclo de conferencias, básicamente, a algo lejano y remoto; pero, ahora ya he comprendido que también crucial.





Crucial porque la Antártida es testigo de los cambios que ha sufrido todo el planeta y tiene aun la capacidad de guardar el registro de épocas de la Tierra muy lejanas, incluso hablando en tiempos geológicos, registros que el Hombre está empezando a descifrar gracias al esfuerzo de años de estudio y tiempo invertidos en el desciframiento de todos los secretos que esconde este continente.
El Año Polar Internacional quiere hacer llegar al conjunto de la sociedad que es importante comprender que bajo la apariencia fría y homogénea del hielo polar se encuentra parte de nuestro pasado y de nuestro futuro. Tanto el Ártico como la Antártida son archivos importantes de la historia del planeta, pero también jugarán un papel destacado, por ejemplo, al ser una importante fuente de carbono.
Las regiones polares eran consideradas zonas estáticas y poco moldeables, zonas ajenas a los cambios y al tiempo, pero nada queda más lejos de la realidad. Hoy en día se tiene constancia de la existencia de ríos bajo el hielo, que nos demuestran que se trata de un medio que fluye y se mueve, y que no es ajeno a los cambios de estación y temperatura.
Los sistemas helados no son inertes, como se podía pensar debido a sus duras condiciones, hay un amplio número de animales que se han adaptado a vivir en el hielo, animales tan entrañables y emblemáticos como pueden ser los pingüinos, pero no sólo estos seres son los habitantes del hielo, hay otros, mucho mas pequeños, y también mas abundantes, que no se deben subestimar, hablo de los microorganismos. Éstos últimos son capaces de colonizar zonas donde hasta ahora se creía imposible encontrar vida. Zonas tan impensables como Vostok, uno de los lagos subglaciares de la Antártida más importante y estudiado.
Una parte importante y novedosa de este Año Polar Internacional es la incorporación en su programa del factor social y humano. No nos podemos olvidar de los pueblos nativos que habitan estas regiones del planeta, pueblos con una cultura y modo de vida adaptados a las duras condiciones del clima polar.
Los habitantes polares, ya hablemos de poblaciones humanas, animales o microorganismos, están empezando a sufrir los efectos debidos al calentamiento global. El retroceso de los glaciares, las subidas de temperaturas, la desaparición de parte del permafrost…son otras de las consecuencias de dicho calentamiento. Está en nuestras manos: estudiantes, investigadores, científicos, políticos, periodistas…el dar a conocer esta realidad, que ya ha llegado, pero que aun estamos a tiempo de enmendar, eso si, con la participación de todos y cada uno de nosotros, lo que implica cambios sociales, económicos y políticos muy importantes, cambios que sólo se podrán llevar a cabo si actuamos, incluyendo esto a nuestros dirigentes, con valentía, porque son muchos los compromisos que tenemos que adoptar, y mucho lo que “nos jugamos”. Pero como pasa siempre cuando se habla de proyectos a largo plazo, pocos se atreven a embarcarse en este tipo de cruzadas, donde los resultados no se obtienen a los pocos años, donde el tiempo de una legislatura no es suficiente…. ¡SEAMOS VALIENTES! Y apostemos por el futuro.




lunes, 5 de mayo de 2008

Serie de Fibonacci




La serie de Fibonacci
0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377, 610, 987…





En biología y sobretodo si hablamos de evolución siempre nos sorprende la repetición de pautas, de fenómenos que en un principio nos parecen hechos totalmente aleatorios, pero que después de un estudio detallado, de la comparación de muchos datos, resultan estar muy lejos del azar y ser estrategias repetidas y recurrentes en la naturaleza.




No debemos olvidar, también, que aunque consideremos la ciencia como algo exacto, está estudiada y desarrollada por personas, y por lo tanto, ahí pierde su certeza absoluta, hechos que se creían inmutables o ya totalmente definidos pueden ser refutados mas adelante por la misma ciencia que los promovió en un principio, pero los conocimientos avanzan, las herramientas mejoran nuestra capacidad de estudio, y nos ayudan a ir descubriendo los procesos evolutivos que han ido moldeando la vida, que en muchos casos nos hacen replantearnos las teorías anteriores, no haciendo más que añadir más preguntas a las que en un principio se habían planteado.

0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377, 610, 987…
Estos números representan uno de los enigmas biológicos más estudiados y documentados. Aparentemente es una serie numérica matemática donde el único requisito es que cada número es resultado de sumar los dos que le anteceden, formando así una cadena con valores ascendentes, donde curiosamente este aumento progresivo está cuantificado como el número áureo o dorado, cuyo valor es 1,618034, también conocido como coeficiente φ.
Lo que aparentemente son datos meramente matemáticos resultan ser un patrón altamente repetido en la naturaleza, siendo éstos, números recurrentes en muchos de los diseños evolutivos en biología.

Es sorprendente comprobar como se repiten de forma natural los números que componen la serie de Fibonacci en los diseños biológicos, sobretodo como se presentan emparejados números continuos de dicha serie en multitud de ejemplos, lo que nos hace pensar en patrones definidos y pautados, lejos de ser fenómenos aleatorios, que por tanto están implícitos en la naturaleza, ¿en el material genético?
Ejemplos característicos donde se manifiesta el número áureo son el girasol, las piñas, en el número de pétalos de las flores, en el crecimiento de una planta…
En la imagen se muestra la espiral llamada de Fibonacci, donde se utiliza para su diseño la serie numérica que también lleva su nombre, y no sólo se trata de un trazo modelizado de una sucesión matemática, dado que es la espiral que encontramos, por ejemplo, en especies animales como Nautilus o en la disposición de las semillas en el girasol.
La espiral de Fibonacci también se puede reconocer en la distribución en los conos de Pináceas, donde sorprendentemente estas espirales aparecen en dos sentidos y cada uno de estos sentidos se presenta en un número, como no, contiguo en la serie de Fibonacci, ¿casualidad o optimización de recursos?
Se podían poner infinidad de ejemplos que documentaran la existencia, aparentemente no casual, de la serie de Fibonacci en biología, esto nos hace pensar que el “descubrimiento” de dicha serie no es más que la evidencia de que somos meros observadores de la naturaleza y que es en ella donde se reflejan y evidencian todas las, llamémosles leyes, que rigen la vida, y por lo tanto su diseño. No es que Fibonacci inventara una serie numérica que se puede reconocer en la naturaleza, sino que es la naturaleza la que gracias a años de evolución, de prueba y error, a llegado a conquistar los más mínimos recursos, lo que incluye el mayor aprovechamiento de los espacios que posee y la utilización de formas geométricas y matemáticas, tales como, por ejemplo, hexágonos o series numéricas, que han ayudado y ayudan a su empaquetamiento y, por lo tanto, a su adaptabilidad al medio.
En la vida, como en la evolución, todo está condicionado por las posibilidades de adaptarse al entorno, en la variabilidad que pueda mostrar y todas estas posibilidades están implícitas en nuestra naturaleza, porque no, en nuestro pool génico, y no es de extrañar que las mismas soluciones sean conquistadas por organismos diferentes.


SE ABRE UNA VENTANA AL EXTERIOR, MIREMOS JUNTOS.

Muchas veces nos preguntamos como puede ser lo que nos rodea sea tan perfecto, como el diseño de una flor, puede ser tan bello, por qué el pájaro tiene alas para poder volar, o como es que un lobo puede caminar sobre la nieve.

Los paisajes que contemplamos al mirar hacía el exterior, a menudo, nos fascinan, al igual que nos horrorizamos al comprobar lo que somos capaces de hacer y destruir. Muchos son los lugares donde ha primado el beneficio rápido, el enriquecimiento, y la especulación, diezmando la diversidad biológica y los recursos naturales. Es difícil y doloroso descubrir que valles enteros han sido embebidos por las aguas de embalses, como el macroproyecto de estaciones de esquí es la única alternativa para comarcas enteras, como las costas han sido colonizadas por complejos hoteleros…

Aquí se abre una ventana al exterior, a través de la cual poder observar los regalos que nos da la naturaleza y, por que no, hacernos pensar si lo estamos haciendo bien.